Tras 6 años de vida el SUV de Rolls-Royce se renueva en imagen, tecnología y acabados en su lujoso interior, pero manteniendo su potente y refinado motor V12.
Ahora con 6 años a sus espaldas ha llegado el momento de una renovación para el Cullinan, que tras algunas apariciones previas por fin se descubre ahora con el nombre de Rolls-Royce Cullinan Series II.
Una renovación que a pesar de lo que pueda parecer trae importantes mejoras para refinar aún más este lujoso SUV. Comenzando por su diseño encontramos un frontal rediseñado para lucir un estilo más moderno, incluyendo un nuevo parachoques que une las nuevas luces diurnas en forma de L invertida en sus extremos y las entradas de aire inferiores creando una especie de sutil “V”, aunque sin duda lo más llamativo es ese nuevo estilo de los faros, así como una parrilla que ahora es iluminada y que ofrece un borde de ataque más bajo.
El lateral también presenta cambios con una nueva línea que va desde la luz trasera hasta hacia delante y también cruza el centro de las tapas centrales flotantes con el logo de RR de las nuevas llantas de este Cullinan.
La zaga por su parte presenta un marcado paragolpes en color negro con nuevas placas de acero inoxidable cepillado a la altura de los escapes alojados en unos marcados embellecedores cromados y cuadrados. Todo este nuevo look se puede acompañar de una pintura a gusto del cliente, a la que ahora se suma un nuevo tono inspirado en un mármol marrón. El Cullinan Black Badge, la versión más exclusiva y prestacional de los Rolls-Royce, está de nuevo presente ofreciendo embellecedores en color negro y extendiendo el color de la carrocería a los paragolpes y faldones inferiores.